Miguel Angel Gutiérrez, financista y directivo de Telefónica Internacional, conducirá YPF

10.03.2016 10:23
 

Del JP Morgan al despacho de Galuccio

Miguel Galuccio dejará YPF el 30 de abril. Su puesto se desdoblará: habrá un presidente y un gerente general (CEO). Para el primer cargo, fue elegido un ex titular de Telefónica Argentina.

Por Raúl Dellatorre
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Miguel Angel Gutiérrez será titular de YPF desde el 30 de abril.

La definición se demoró por tres meses, pero se terminó resolviendo en cuestión de horas. Ayer, alrededor del mediodía, Miguel Galuccio anunció que sólo se mantendría al frente de YPF hasta la asamblea de accionistas, prevista para el 30 de abril, ofreciendo su apoyo “para asegurar una transición ordenada”. Apenas unas horas después, el Ministerio de Energía y Minería anunciaba la designación del actual director Miguel Angel Gutiérrez para suceder a Galuccio como presidente del Directorio a partir de esa misma fecha. A su vez, informó que le había “encomendado al Directorio de la sociedad que instruya al comité de Nombramientos y Remuneraciones de YPF SA que comience un proceso de búsqueda nacional e internacional para cubrir la posición de Gerente General (CEO)”. Este cargo era, hasta el momento, ejercido por el propio Galuccio, lo cual significa que a partir de mayo se desdoblarán las funciones.

El recambio de autoridades en YPF llega en un momento clave y rodeado de especulaciones acerca del futuro de la compañía, que desde hace cuatro años volvió al control estatal. Esta última gestión marcó, en poco tiempo, un vuelco fundamental en la orientación que tuvo su actividad en el último período en el que YPF era controlada por Repsol. La retirada de los españoles señaló el fin de un período de desinversión y caída persistente en los niveles de producción (petróleo y gas), retomando desde abril de 2012 el liderazgo de una política petrolera nacional apuntada al autoabastecimiento como herramienta de concreción de la soberanía energética. Ahora, se teme que comience una etapa diferente.

El propio Galuccio había anunciado hace una semana y ya bajo las órdenes de un nuevo gobierno (el Estado nacional ostenta el 51 por ciento de las acciones de YPF, representado por el ministro del área, Juan José Aranguren), la decisión de la empresa de reducir en alrededor del 25 por ciento sus inversiones de este año en virtud de la caída del precio de crudo a nivel internacional. Este anuncio, por sí mismo, señalaba un cambio de época. Una de las claves de la política de hidrocarburos lanzada en mayo de 2012 había sido, precisamente, desvincular la actividad interna (particularmente las inversiones) de los vaivenes del precio internacional, para así garantizar un horizonte de largo plazo no sometido a las oscilaciones del mercado mundial. El abandono de ese criterio quedó ahora corroborado con el nombramiento de un nuevo presidente de la compañía formado en los centros financieros internacionales.

Miguel Angel Gutiérrez trabajó durante veintiún años en el banco estadounidense JP Morgan, donde llegó a ocupar el cargo de director general de Mercados Emergentes Globales. Es decir, reconoce un origen común con Alfonso Prat-Gay (ministro de Hacienda), Luis Caputo (secretario de Finanzas), Vladimir Werning (secretario de Política Económica) y Demián Reidel (director del Banco Central), otros “ex JP” nombrados en cargos claves por el actual gobierno (ver nota de opinión de Alfredo Zaiat del último domingo, “JP al poder”).

Ese antecedente como experto en finanzas internacionales le valió a Gutiérrez ser elegido en 2002 por César Alierta, presidente por entonces de Telefónica de España, para dirigir la filial argentina. Según se informó por aquel entonces en Madrid (diario El País), Alierta tomó la decisión de reemplazar a Carlos Fernández Prida como titular de Telefónica de Argentina por “el ejecutivo argentino que trabaja para JP Morgan”, para enfrentar las negociaciones entre empresas de servicios públicos privatizados y el gobierno para la revisión de contratos y tarifas tras la salida de la convertibilidad. Según el matutino español, Alierta le habría encomendado, como tareas principales, la negociación de contratos y tarifas con el gobierno argentino, medir la influencia de la pesificación en los resultados de la empresa y hacer una revisión del plan de inversiones. Esto es, ejecutar una reducción drástica.

Con estos antecedentes, Gutiérrez, desde entonces uno de los hombres claves de la cúpula de Telefónica Internacional y activo promotor de la creación de fondos de inversión en Estados Unidos para mercados emergentes, ocupará el máximo cargo de la principal empresa argentina. Quien lo acompañe desde el puesto de gerente general sería un experto en petróleo con experiencia en empresas extranjeras (se habla de Total), si es cierta la información circulante que le asigna a Aranguren haber ganado la pulseada interna en el Gobierno respecto a quién tendría mayor peso en las designaciones. De lo que no hay mayor margen de dudas es que la nueva conducción de YPF tendrá como objetivos inmediatos el recorte de los planes de inversión (pasaría de 6000 millones de dólares previstos a poco más de 4000), una reducción del 15 por ciento en los gastos de explotación en unidades de desarrollo y la aplicación del “procedimiento preventivo de crisis” en las provincias donde tiene actividad petrolera. Esto es, suspensiones rotativas del personal, que cobraría el 50 por ciento del sueldo por los días no trabajados.